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I ¿Por qué se rompen los tapones de corcho?

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I ¿Por qué se rompen los tapones de corcho?

I PARTE

El Encuentro con Venancio

Era un día en el que tenía ganas de llegar a casa y descansar. Jugaba el Real Madrid en una eliminatoria europea. Me senté cómodamente para ver el partido. En lo más emocionante del partido, suena el teléfono, me llama Venancio. Venancio es el dueño del restaurante de la Sierra de Salamanca, donde comí hace unos meses.

  • Buenas noches, Venancio. ¿Qué tal?
  • Bien, perdone que le moleste a estas horas, pero quería pedirle un favor.
  • ¿Qué deseas? Si está en mis manos, no hay problema.
  • Necesitaba tapones, voy a embotellar el vino que me queda. Además, me gustaría que viniera, quería consultarle un tema que me está dando problemas.
  • ¿Son problemas importantes?
  • No, pero es mejor hablarlo aquí. Así lo solucionamos sobre el terreno. Podíamos hacer lo siguiente, a ver qué le parece: me trae los tapones y le invito a comer.
  • El jueves de la semana que viene es fiesta local. Podría subir el jueves, ¿le viene bien?
  • Me parece bien, perfecto. Hasta el jueves.

Llegó el jueves y salí por la mañana, no muy temprano. Mientras iba conduciendo, iba pensando en lo que me iba a decir. Por la forma en que me habló telefónicamente, me imaginaba que el problema no era muy grande.

Después de una hora de viaje, llegué al bar de Venancio. Me fijé en el rótulo de la puerta, decía “Bar-Restaurante VENADOL”. Entré en el bar, no se veía a nadie, y dije en voz alta “¡BUENOS DÍAS!”, “¡VIVA EL VINO Y LOS TAPONES DE CORCHO NATURAL!”.

Nadie contestó. De pronto sonó una música con un volumen muy alto. Era la canción de Manolo Escobar “Viva el vino y las mujeres”. Se abrió una puerta y salieron Venancio y su mujer. Nos echamos a reír y nos saludamos.

  • Después de la conversación que tuvimos la última vez, había pensado en recibirte de esta manera.
  • No me lo esperaba. Al oír la música tan fuerte, me asusté. Desde luego tenéis buen sentido del humor.
  • ¿Quiere tomar algo?
  • No, muchas gracias.
  • ¿Me ha traído los tapones?
  • Sí, los tengo en el coche.
  • Entonces, vamos a la bodega y llevamos los tapones. Allí estaremos tranquilos y hablaremos tranquilamente.

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